sport.es
Después de dos años difíciles, tremendamente complicados, en los que a los mandos de un Renault se veía relegado a pelear en el pelotón, Fernando Alonso ha vuelto al primer plano y ha brillado con luz propia. Sebastian Vettel es el campeón, un merecido campeón porque ha sido el más rápido del año con el coche más veloz, de largo, pero el mejor piloto en la pista, especialmente en la segunda parte de la temporada, ha sido el asturiano, que ha marcado las diferencias para que un bólido sensiblemente inferior pudiera luchar por ganar en la última carrera.
Cinco victorias han dejado al final un sabor amargo por cómo se perdió el título, un campeonato que parecía ganado después de la calificación y que los estrategas de Ferrari tiraron por la borda con una decisión tan sorprendente y simple de interpretación como errónea, ya que marcaron a Mark Webber cuando el rival era Vettel. No hay que darle muchas más vueltas al respecto, salvo exigir que Ferrari tome cartas en el asunto porque algo así no pase nunca más.
Con el paso de las horas uno ya no ve la botella medio vacía sino que ya está medio llena y en el balance de la temporada pesan más las cosas buenas, en especial que el binomio Alonso-Ferrari nos ha devuelto la ilusión por ganar y nos ha ofrecido un final de campeonato que enganchó a todo el país, con más de diez millones de espectadores pendientes de la carrera.
Estoy de acuerdo con Fernando que el título no se perdió en Abu Dhabi, aunque ese dato quedará para la historia porque habían hecho lo más difícil y fallaron en lo fácil. El camino del Mundial se escapó en una primera parte de la temporada errática, con demasiados altibajos. Después de la carrera de Silverstone, donde se cruzó el ecuador de un campeonato intenso y muy largo, Alonso estaba a 47 puntos de Lewis Hamilton y muchos ya daban por perdido este campeonato.
Esa diferencia ha pesado al final como una losa. Entre los numerosos errores en la primera fase de la temporada encontramos los que hay que achacar al piloto, están las salidas de Australia, donde colocó el coche sobre la línea blanca mojada, y China, donde fue penalizado por adelantarse con un ‘drive through’, el accidente de la tercera tanda de entrenamientos libres en Mónaco que le impidió salir a la crono y le obligó a salir el último en el Principado y no ceder el paso a Kubica en Silverstone tras adelantarle cortando la chicane. En cuanto a los errores de la escuadra, a nivel estratégico, nos encontramos la crono de Malasia, donde quedó cortado en la Q1 por la lluvia y también la chicane de Silverstone porque hicieron caso omiso a las indicaciones de la FIA. En el apartado técnico, hay que sumar la poca fiabilidad de los motores en el inicio de campeonato, con una rotura en Sepang y la falta de competitividad de Turquía, donde estuvieron por detrás de Mercedes y Renault. Como lances de la temporada podemos anotar la posibilidad perdida en Canadá por el tráfico, ya que cuando se jugaba la victoria fue bloqueado por Buemi y Chandhok y también la salida del coche de seguridad en Valencia cuando era tercero y que arruinó sus opciones.
Pese a ello, nunca tiraron la toalla y las dificultades unieron aún más al piloto y su equipo. A medida que se fueron conociendo, que el asturiano se fue adaptando a las particulares características del Ferrari, su rendimiento mejoró y en la segunda parte de la temporada lo ha bordado. Cierto que también ha habido errores, como el accidente de Bélgica o la desgraciada estrategia del pasado domingo en Abu Dhabi, pero los aciertos brillaron desde Alemania.
Un ejemplo, en las diez primeras carreras sólo sumó tres podios (Bahrein, España y Canadá), mientras que en las nueve restantes se instaló regularmente en él, sumando siete podios (Alemania, Hungría, Italia, Singapur, Japón, Corea y Brasil).
A Alonso se le escapó en Hockenheim la pole por 2 milésimas y las mejoras introducidas en el F10 desde Canadá eran evidentes. En Turquía se tocó fondo y desde entonces el bólido fue cada vez más competitivo, ganando en cada mejora que se introducía. Uno de los puntos fuertes de Ferrari fue su capacidad de reacción, mejorando el monoplaza carrera a carrera.
En Alemania obtuvo la segunda victoria de la temporada, un triunfo que acabó en tribunales gracias a la poca destreza de Massa y su ingeniero de pista. Fue el punto de arranque, el pistoletazo de salida. Alonso se creció y empezó a acumular podios. Segundo en Hungría, intercalándose entre los Red Bull, mostraba sus credenciales. Un serio traspié en Bélgica, donde se obsesionaron en reglar el coche para agua, hizo tambalear los planes de Fernando y la Scuderia.
Dos poles y dos victorias consecutivas en Monza y Singapur relanzaron sus aspiraciones. Fernando iba en serio y un descalabro de los Red Bull en Corea motivó que recuperara un liderato que ya había ostentado en las dos primeras carreras del campeonato después de su victoria en Bahrein. La consigna era estar siempre en el podio y la regularidad y la consistencia del asturiano hacían el resto con un coche sensiblemente inferior. Sin embargo, se falló cuando le había dado la vuelta a los pronósticos. No fue ni un error de pilotaje ni de los mecánicos en el pitstop ni de fiabilidad mecánica, que era lo más temido en el entorno de Ferrari porque llegaron a la última carrera muy justos de motores. Falló la estrategia. Alonso demostró con sus lágrimas que tiene sentimientos, pero ese final le hará más fuerte para el 2011 porque Fernando no es de los que tiran la toalla y ahora está herido en su amor propio.
Foto: lastampa.it
Texto: sport.es
Después de dos años difíciles, tremendamente complicados, en los que a los mandos de un Renault se veía relegado a pelear en el pelotón, Fernando Alonso ha vuelto al primer plano y ha brillado con luz propia. Sebastian Vettel es el campeón, un merecido campeón porque ha sido el más rápido del año con el coche más veloz, de largo, pero el mejor piloto en la pista, especialmente en la segunda parte de la temporada, ha sido el asturiano, que ha marcado las diferencias para que un bólido sensiblemente inferior pudiera luchar por ganar en la última carrera.
Cinco victorias han dejado al final un sabor amargo por cómo se perdió el título, un campeonato que parecía ganado después de la calificación y que los estrategas de Ferrari tiraron por la borda con una decisión tan sorprendente y simple de interpretación como errónea, ya que marcaron a Mark Webber cuando el rival era Vettel. No hay que darle muchas más vueltas al respecto, salvo exigir que Ferrari tome cartas en el asunto porque algo así no pase nunca más.
Con el paso de las horas uno ya no ve la botella medio vacía sino que ya está medio llena y en el balance de la temporada pesan más las cosas buenas, en especial que el binomio Alonso-Ferrari nos ha devuelto la ilusión por ganar y nos ha ofrecido un final de campeonato que enganchó a todo el país, con más de diez millones de espectadores pendientes de la carrera.
Estoy de acuerdo con Fernando que el título no se perdió en Abu Dhabi, aunque ese dato quedará para la historia porque habían hecho lo más difícil y fallaron en lo fácil. El camino del Mundial se escapó en una primera parte de la temporada errática, con demasiados altibajos. Después de la carrera de Silverstone, donde se cruzó el ecuador de un campeonato intenso y muy largo, Alonso estaba a 47 puntos de Lewis Hamilton y muchos ya daban por perdido este campeonato.
Esa diferencia ha pesado al final como una losa. Entre los numerosos errores en la primera fase de la temporada encontramos los que hay que achacar al piloto, están las salidas de Australia, donde colocó el coche sobre la línea blanca mojada, y China, donde fue penalizado por adelantarse con un ‘drive through’, el accidente de la tercera tanda de entrenamientos libres en Mónaco que le impidió salir a la crono y le obligó a salir el último en el Principado y no ceder el paso a Kubica en Silverstone tras adelantarle cortando la chicane. En cuanto a los errores de la escuadra, a nivel estratégico, nos encontramos la crono de Malasia, donde quedó cortado en la Q1 por la lluvia y también la chicane de Silverstone porque hicieron caso omiso a las indicaciones de la FIA. En el apartado técnico, hay que sumar la poca fiabilidad de los motores en el inicio de campeonato, con una rotura en Sepang y la falta de competitividad de Turquía, donde estuvieron por detrás de Mercedes y Renault. Como lances de la temporada podemos anotar la posibilidad perdida en Canadá por el tráfico, ya que cuando se jugaba la victoria fue bloqueado por Buemi y Chandhok y también la salida del coche de seguridad en Valencia cuando era tercero y que arruinó sus opciones.
Pese a ello, nunca tiraron la toalla y las dificultades unieron aún más al piloto y su equipo. A medida que se fueron conociendo, que el asturiano se fue adaptando a las particulares características del Ferrari, su rendimiento mejoró y en la segunda parte de la temporada lo ha bordado. Cierto que también ha habido errores, como el accidente de Bélgica o la desgraciada estrategia del pasado domingo en Abu Dhabi, pero los aciertos brillaron desde Alemania.
Un ejemplo, en las diez primeras carreras sólo sumó tres podios (Bahrein, España y Canadá), mientras que en las nueve restantes se instaló regularmente en él, sumando siete podios (Alemania, Hungría, Italia, Singapur, Japón, Corea y Brasil).
A Alonso se le escapó en Hockenheim la pole por 2 milésimas y las mejoras introducidas en el F10 desde Canadá eran evidentes. En Turquía se tocó fondo y desde entonces el bólido fue cada vez más competitivo, ganando en cada mejora que se introducía. Uno de los puntos fuertes de Ferrari fue su capacidad de reacción, mejorando el monoplaza carrera a carrera.
En Alemania obtuvo la segunda victoria de la temporada, un triunfo que acabó en tribunales gracias a la poca destreza de Massa y su ingeniero de pista. Fue el punto de arranque, el pistoletazo de salida. Alonso se creció y empezó a acumular podios. Segundo en Hungría, intercalándose entre los Red Bull, mostraba sus credenciales. Un serio traspié en Bélgica, donde se obsesionaron en reglar el coche para agua, hizo tambalear los planes de Fernando y la Scuderia.
Dos poles y dos victorias consecutivas en Monza y Singapur relanzaron sus aspiraciones. Fernando iba en serio y un descalabro de los Red Bull en Corea motivó que recuperara un liderato que ya había ostentado en las dos primeras carreras del campeonato después de su victoria en Bahrein. La consigna era estar siempre en el podio y la regularidad y la consistencia del asturiano hacían el resto con un coche sensiblemente inferior. Sin embargo, se falló cuando le había dado la vuelta a los pronósticos. No fue ni un error de pilotaje ni de los mecánicos en el pitstop ni de fiabilidad mecánica, que era lo más temido en el entorno de Ferrari porque llegaron a la última carrera muy justos de motores. Falló la estrategia. Alonso demostró con sus lágrimas que tiene sentimientos, pero ese final le hará más fuerte para el 2011 porque Fernando no es de los que tiran la toalla y ahora está herido en su amor propio.
Foto: lastampa.it
Texto: sport.es
Me he hecho eco en el blog de unas declaracines de Pedro de la Rosa en las que opina que sebe tener mejor coche Fernando y que ha sido el mejor piloto, yo creo que el campeonato se perfió por estar Newey en Red Bull, esa ventaja que un grandísimo piloto (Fernando) estuvo a punto de compensar haste el último momento, lo más difícil fue calificar el sábado donde lo hizo pero luego vino lo del domingo, hablando de puntos se perdieron en cualquier lugar que se hayan perdido incluido Silverstone que fue penalizado, pero lo cierto es que fue un lastre ir detrás de Red Bull en el tema del difusor soplado y tras McLaren con el F-duc, la tuerca de Ferrari la tuvieron enseguida los demás,hay que tener un coche más próximo al mejor que si no se está apurdo toda la temporada, un abrazo
ResponderEliminarDos datos para la reflexión:
ResponderEliminar1: según se desprende de las conversaciones de radio, tardaron dos vueltas en darse cuenta que Petrov y Rosberg estaban delante; si Fernando hubiera tirado, posiblemente el graining, de tenerlo, hubiera pasado y habría alargado su parada para entrar delante de Petrov y Rosberg, mientras Webber se hubiera quedado enganchado detrás de ellos: cuarto puesto para Fernando y título: no parecía nada difícil, ¿verdad?;
2: Pedro de la Rosa dice que en las tomas de la cámara subjetiva de Fernando se escucha como le patina el embrague en la salida: o sea, que ni error del asturiano, ni estrategia conservadora: fallo mecánico.
Como decíamos en comentarios anteriores, en Ferrari reinan los mustios laureles. Y en todos los sentidos. La Scuderia necesita una renovación profunda que le haga ponerse al día sin perder esa solera que la caracteriza y que marca la diferencia. Espero que la llegada de Pat Fry traiga aire fresco en el tema del diseño del coche, y que para 2011 Fernando pueda subirse en el monoplaza más competitivo sí o sí. Pero Luca tiene que poner orden también en quien toma las decisiones directas y cruciales, es evidente, la gestión adecuada de los recursos humanos es esencial, y el cerebro de Ferrari durante las carreras tiene que estar a tope y al cien por cien.
ResponderEliminarLuego, errores cometen todos, eso no es típico solo de Ferrari. Menos mal...
Un abrazo, silvo! Q tengas buen día!
Estimada Cavallino,
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo que el campeonato no se ganó/perdió en la última carrera. Pero para Ferrari esta última carrera sí que es un poco resumen de lo que ha sido su temporada. Han tenido problemas graves de diseño todo el año, no llegando nunca a la altura de RB y a duras penas a McLaren, no supieron hacer que el coche clasificase, saliese bien, ni calentase las gomas de forma adecuada. La fiabilidad del motor tampoco es que fuese muy grande, y la estrategia siempre fue horrible; no hablo de esta carrera ¿alguien recuerda cuando se quedaron en boxes esperando que dejase de llover en una clasificación? No los campeonatos se ganan o se pierden meses antes de la primavera. En estos momentos se están jugando duramente la temporada 2011 y esperemos que las cosas cambien.
Saludos
Estrategia rácana la de Ferrari, y en cuanto a la salida, Fernando ya contaba con que Button iba a ganarle la posición en la misma.
ResponderEliminarNi Hamilton ni Button ni Vettel entraron a cambiar ruedas, estaba claro que los blandos aguantaban. Lo mires por donde lo mires, no tiene sentido. Acabo de leer en el blog de silvo que dice Briatore que es posible que desde el muro de Ferrari pensasen que Webber entraba a boxes por cuestión de estrategia, y no por el toque que tuvo. Puede. Tiene sentido.
Saludetes, JL!
Vale que el título se gana durante todo el año, a base de trabajo duro y constancia, entre otras cosas, pero Fernando tuvo el título en sus manos, era líder, tal como se desarrolló la carrera de Abu Dhabi, si no llega a ser por la metedura de pata en la estrategia, posiblemente Alonso sería ahora Campeón. Han habido carreras en las que no se han sumado puntos importantes (y en las que Fernando y el F10 estuvieron muy a la altura de sus adversarios, véase Valencia y Silverstone), puntos que ahora habrían venido de perlas si pensamos que Fernando, con sólo cinco puntos más, se habría llevado el título acabando séptimo a pesar de la debacle del domingo. Y si pensamos que en Mónaco tuvieron posibilidades de hacer un finde redondo...
ResponderEliminarEn fin, a mirar ya hacia 2011.
Saludos, Primo!
Yo ahora miro hacia 2011 y me olvido de esto, un saludo.
ResponderEliminarJeje... Bruno... ¡¡haces estupendamente!!
ResponderEliminarHay que mirar hacia el futuro, sin duda.
Saludos!
¿Quién tiene la culpa de que Alonso no sea campeón?
ResponderEliminarNo sé pero me parece que aquí hay gato encerrado, es imposible hacer las cosas tan mal. Comparto la opinión expresada en este post
Frenando aAlonso
Bienvenido, Señor! Saludos!
ResponderEliminarDesde luego no se pierde un mundial en una sola carrera, aunque si es que la mala estrategia de Ferrari en esa última carrera pues fue demasiado grande y eso marca mucho.
ResponderEliminarFerrari no ha tenido un buen coche, así que lo conseguido por nuestro campeón vale muchísimo más, ya que con un coche claramente inferior ahí estuvo luchando hasta el último momento por el mundial.
Después de los dos años malos en Renault que no había coche y aun así sacaba petróleo del mal coche que tenía, este año nos han devuelto las ilusiones y se ha rozado con los dedos este mundial.
Espero que el año que viene Ferrari le de un buen coche a Fernando, que es lo que tiene que ser, si a él le dan como tenía este año Red Bull el mejor coche, desde luego el mundial será de Alonso de eso no me cabe ninguna duda, así que espero que sea así.
No porque sea alonsista, pero valoro mucho más lo conseguido por Alonso con el tercer coche de la parrilla que lo que ha hecho Vettel con el primer coche de la parrilla, ganar con el mejor coche es lo más fácil, lo dificil es ganar con un coche no tan bueno y eso es lo que ha hecho nuestro campeón.
Ahhh y con eso por supuesto que no quiero quitarle mérito tampoco a Vettel y su mundial, pero la verdad es que se encontró en esa última carrera con un gran regalo.
Ahhh y estoy feliz porque por fin despues de hace ya bastante tiempo veo muy feliz a Fernando Alonso, él se siente muy a gusto en Ferrari y eso se nota, así que yo estoy feliz por eso.
Saludos
Desde mi humilde opinión, humildísima opinión, Ferrari necesita una renovación profunda tanto a nivel técnico como de recursos humanos y a nivel de gestión en el muro. Pero no a partir de este 2010 por no haber ganado el título de pilotos con Fernando, la lleva necesitando desde hace ya años. Lo que mantiene con vida a Ferrari es su prestigio, su leyenda, su desahogada economía, y muchos otros factores que yo no alcanzo a comprender. Vivir de rentas no es sano, y tarde o temprano hay que molestarse en renovarse y en actualizarse.
ResponderEliminarCreo que Fernando Alonso, además de haberle sacado este año el máximo potencial a su F10, ha traído fuerza y coraje a la Scuderia, color, movimiento, vida. Conocimientos, experiencia. Y muchas más cosas que, nuevamente a mí se me escapan.
Ferrari tiene el deber de poner en manos de sus pilotos un monoplaza que esté a la altura del nombre que lleva. También de poner punto y final a las bochornosas anécdotas que llegan de su muro.
Ver a Fernando Alonso en Ferrari era para mí un sueño, pero un sueño clarividente, porque estaba claro que sucedería: él necesitaba el mejor equipo, y el mejor equipo le necesitaba a él. Ahí está, el sueño hecho realidad, y por mal que vayan las cosas en una escudería como la italiana, su capacidad de reacción y de no rendirse es suprema. Como las del Nano. Yo también estoy muy feliz de verle feliz a él y de que los que hemos querido verle donde está, lo estemos a pesar de la profunda tristeza que sentimos el pasado domingo. Habrá títulos cargados de alegría, emoción y sentimiento.
Un abrazo, pro_magic!