Fernando salió tan atareado del podio, con champán hasta las cejas, y las conferencias de prensa, que ya no pudo más entre unas y otras. "Que me meo", dijo riéndose mientras corría con el incómodo mono hacia el servicio. Dos seguratas cortaron el paso a cámaras indiscretas, y un periodista francés salió del lavabo muerto de risa por el ilustre compañero de urinario que tuvo durante unos segundos. MARCA
Entre felicitaciones, Alonso hizo 400 kilómetros en coche hasta Seúl
Devoraba Alonso un bocadillo y un plátano en los camerinos de Ferrari, mientras su jefe, Stefano Domenicali, le llevaba ante la prensa la contraria en la tarde de fiesta. ¿Distensiones internas? Nada serio, sólo que el jefe de la escudería descubrió la mentirijilla de su piloto. Justo al bajarse del coche, el español había asumido la culpa del frenazo en el cambio de ruedas, un retraso que le hizo perder brevemente la segunda posición. Decía que había entrado algo cruzado, sin medir, y que se colocó mal ante el box. Sin embargo, Domenicali le quitó la razón. "Ha sido un problema a la hora de retirar el neumático", dijo el capo italiano entre sonrisas, al enterarse de que su piloto había vuelto a declararse culpable, como en la crono de Malasia, tras los fallidos cálculos meteorológicos del equipo. Alonso al frente, en lo bueno y en lo malo, llevando al límite un papel que ha enamorado a la marca de leyenda, donde llegó para cumplir tardes como la de ayer.
Entre la algarabía en la caseta de Ferrari, con vino blanco en las mesas y pasta recién hecha para cenar, el piloto atendía llamadas de Luca Cordero di Montezemolo, de Emilio Botín, y mil mensajes de móviles de su gente, el asturiano soltaba adrenalina dando saltitos, hablando nervioso y gesticulando con el puño. Bromeaba con su fisio y chocaba manos españolas. La noche tampoco prometía muchas celebraciones ni postres de lujo. Todavía le esperaban cuatro horas de coche hasta Seúl, desde donde hoy viajaba hacia Europa, pero seguía radiante. Sacaba el jugo al domingo tras cruzar la meta y gritar emocionado por la radio, casi incrédulo con el giro que a su favor había pegado el campeonato.
"Es un éxito dificilísimo, de los más duros de mi vida, por las condiciones del asfalto y la visibilidad. Mantenerse en la pista era ya complicado", reconocía rodeado de dos pilotos con los que guarda una relación especial, Lewis Hamilton y Felipe Massa. En el podio, sin grandes alharcas, los tres se ducharon de champán y escucharon los himnos de Ferrari: el español y el tricolore. Con su compañero brindó y le felicitó por su buena carrera. Precisamente en casa del brasileño se jugará el título en dos semanas. "Queda mucho. Faltan dos carreras donde sufrir ante el poderío de Red Bull, que sigue siendo favorita", advirtió prudente. EL MUNDO
Cuando alguien le comentó si era consciente de que podía ser ya campeón en Brasil si ganaba allí y Webber sólo era quinto, Alonso, divertido, respondió: "Sí... Y si Red Bull pierde el avión a Brasil, también seré campeón. Pero eso no es lo que esperamos". EL PAÍS
Pues como Red Bull pierda el avión a Brasil... jeje...
Fotos: el-nacional.com, autosprint
Devoraba Alonso un bocadillo y un plátano en los camerinos de Ferrari, mientras su jefe, Stefano Domenicali, le llevaba ante la prensa la contraria en la tarde de fiesta. ¿Distensiones internas? Nada serio, sólo que el jefe de la escudería descubrió la mentirijilla de su piloto. Justo al bajarse del coche, el español había asumido la culpa del frenazo en el cambio de ruedas, un retraso que le hizo perder brevemente la segunda posición. Decía que había entrado algo cruzado, sin medir, y que se colocó mal ante el box. Sin embargo, Domenicali le quitó la razón. "Ha sido un problema a la hora de retirar el neumático", dijo el capo italiano entre sonrisas, al enterarse de que su piloto había vuelto a declararse culpable, como en la crono de Malasia, tras los fallidos cálculos meteorológicos del equipo. Alonso al frente, en lo bueno y en lo malo, llevando al límite un papel que ha enamorado a la marca de leyenda, donde llegó para cumplir tardes como la de ayer.
Entre la algarabía en la caseta de Ferrari, con vino blanco en las mesas y pasta recién hecha para cenar, el piloto atendía llamadas de Luca Cordero di Montezemolo, de Emilio Botín, y mil mensajes de móviles de su gente, el asturiano soltaba adrenalina dando saltitos, hablando nervioso y gesticulando con el puño. Bromeaba con su fisio y chocaba manos españolas. La noche tampoco prometía muchas celebraciones ni postres de lujo. Todavía le esperaban cuatro horas de coche hasta Seúl, desde donde hoy viajaba hacia Europa, pero seguía radiante. Sacaba el jugo al domingo tras cruzar la meta y gritar emocionado por la radio, casi incrédulo con el giro que a su favor había pegado el campeonato.
"Es un éxito dificilísimo, de los más duros de mi vida, por las condiciones del asfalto y la visibilidad. Mantenerse en la pista era ya complicado", reconocía rodeado de dos pilotos con los que guarda una relación especial, Lewis Hamilton y Felipe Massa. En el podio, sin grandes alharcas, los tres se ducharon de champán y escucharon los himnos de Ferrari: el español y el tricolore. Con su compañero brindó y le felicitó por su buena carrera. Precisamente en casa del brasileño se jugará el título en dos semanas. "Queda mucho. Faltan dos carreras donde sufrir ante el poderío de Red Bull, que sigue siendo favorita", advirtió prudente. EL MUNDO
Cuando alguien le comentó si era consciente de que podía ser ya campeón en Brasil si ganaba allí y Webber sólo era quinto, Alonso, divertido, respondió: "Sí... Y si Red Bull pierde el avión a Brasil, también seré campeón. Pero eso no es lo que esperamos". EL PAÍS
Pues como Red Bull pierda el avión a Brasil... jeje...
Fotos: el-nacional.com, autosprint
El periodista muy contento con semejante compañía jaja.
ResponderEliminarAyer noche en un programa de radio dijeron eso de entrar5 cruzado y que la escudería dcía que no era cierto, estaba Villaderprat y dijeron que cuando acabe el campeonato iba a hablar de las veces que Fernando se autoinculpó y no tenía la culpa, un abrazo
Entonces quizás aclare qué pasó realmente en Mónaco. Allí Fernando se culpabilizó de lo ocurrido, pero corrió el rumor de que estaba "tapando" a su equipo.
ResponderEliminarEn general, se está celebrando la victoria de Corea como si ya se tuviese el título en las manos, y hay que llevar mucho cuidado, aún queda pelea y los Red Bull no se van a achantar. Lewis Hamilton tampoco.
El periodista se quedaría "flipao" cuando viera a Fernando aparecer con tanta prisa... jijijiji...
Un abrazo, silvo!
Vaya, has traído un post del Fernando más humano, con necesidades físicas, sentido del humor y asumiendo la responsabilidad de lo que ocurra: ese es el Nano que no ha encandilado también fuera de la pista.
ResponderEliminarque gran victoria cavallino!! todavia no lo creo la verdad, me emociona mucho :) estuvo un poco aburrida la carrera pero valio la pena :) jajaja se estaba "meando alonso" que comico, es que tanto tiempo esperando y con ese carreron no digo :) saludos!
ResponderEliminarAsí es, pulguitaatodogas, nos tiene encandilados a tope dentro y fuera de la pista. Saludos!
ResponderEliminarGrande victoria. Grande Fernando. Síííííííí... se hacía pis... jeje... Saludos, silf1!
¡¡VAMOS FERNANDO!! ¡¡VAMOS VAMOS!!