Es imposible pasear por la fábrica de Ferrari -en la que trabajan 3.000 empleados que producen 6.000 coches al año- sin que alguien pregunte por Alonso. Y lo mismo ocurre en la ciudad de Maranello, donde el cura de la iglesia seguirá haciendo sonar las campanas cada vez que un Ferrari gane una carrera del Mundial. "Alonso es el mejor. Como piloto, creo que está a la altura de Schumacher", asegura un veterano empleado de la sección de motores.
Es difícil suplantar al mito de Schumacher. El alemán llegó a Ferrari en 1996, justo después de ganar con Benetton sus dos primeros títulos, y lo hizo arrastrando con él a un grupo de 20 personas que convirtieron la escudería en un territorio dominado por los técnicos extranjeros. Con el francés Jean Todt y los británicos Ross Brawn, Rory Byrne y Michael Stepney al frente, la parte italiana del equipo quedó en minoría. Schumacher tardó cuatro años en conseguir su primer título. En 1997 y 1998 Ferrari perdió el campeonato en la última carrera. Su leyenda fue creciendo a medida que los títulos comenzaron a llegar.
"Michael recibió mucho de Ferrari y también nos dio mucho", aseguró Montezemolo hace unos días, en una comida de Navidad en el circuito de Fiorano; "por eso, si ahora nos deja [su fichaje por Mercedes puede confirmarse en cualquier momento], no puede ser considerado un traidor. Es un amigo".
Su marcha tras 14 años, sin embargo, no sienta nada bien ni a los directivos de Ferrari ni a los miles de aficionados italianos, que han comenzado a verle ya como un enemigo. "En realidad, Schumacher nunca fue querido por los aficionados italianos", comenta Andrea Cremonesi, periodista de La Gazzetta dello Sport; "fue admirado, eso sí, porque ganó cinco títulos seguidos. Pero no despertó pasiones ni amor como Gilles Villeneuve u otros pilotos que hicieron mucho menos. Alonso, en cambio, logrará que le quieran, que se apasionen con él. Es latino, su carácter es cordial, sabe cómo llegar a la gente. Será una gran estrella".
Alonso llega solo, sin ningún mecánico ni ingeniero a su lado. Le acompañarán su representante, Luis García Abad, y su fisioterapeuta y preparador físico, Fabrizio Borra. No necesita nada más. Confía en el equipo actual. En sus primeras visitas a Ferrari, el asturiano confirmó todas las previsiones de Stefano Domenicali, el director del equipo, que había pedido hace ya tres años su fichaje a Montezemolo. "No podía equivocarme con él. Sé cómo es y conozco muy bien a mi gente", asegura Domenicali; "cuando nos visitó, habló con los ingenieros, se reunió con el equipo, saludó a los mecánicos. Y luego visitó la fábrica y fue estrechando manos, saludando, firmando autógrafos y haciéndose fotos con todo el mundo. Es encantador. Formamos un binomio perfecto: él quiere volver a ser campeón y nosotros necesitamos ganar de nuevo".
La llegada de Alonso a Maranello se precipitó durante el verano. Tenía previsto llegar en 2011, cuando Raikkonen y Felipe Massa hubieran agotado su actual contrato. Pero el accidente del brasileño en Hungría lo precipitó todo. "No sabíamos si podría volver a correr y la actitud de Raikkonen tampoco ayudaba", comenta Montezemolo; "desde Silverstone, el finlandés fue otro piloto. Por eso decidimos adelantar la llegada de Alonso. Necesitábamos recuperar el espíritu de equipo que tuvimos con Schumacher. Queríamos un piloto implicado con la escudería, que aportara una buena relación y una buena comunicación". Domenicali agrega: "Alonso siempre había querido venir a Ferrari. Y ése es un valor muy preciado entre nosotros".
Las primeras respuestas del nuevo coche en el túnel de viento ofrecen resultados esperanzadores. "Seremos muy competitivos", afirma Domenicali. Nada que ver con el fracaso de 2009, cuando Raikkonen ganó sólo una carrera y los monoplazas rojos no consiguieron estar a la altura de Brawn y Red Bull. "Ocurrió lo mismo que en 2005. Y en Ferrari cuando estás un año sin ganar es un escándalo", comenta Montezemolo; "ahora tenemos al mejor piloto del momento y sabremos darle el mejor coche".
Eso es lo que esperan la escudería, Alonso y los miles de seguidores que componen la ola roja que no sólo invade Maranello, sino todos los circuitos del mundo. En Ferrari todo gira ya en torno a Alonso.
Texto: elpais.com
21.12.2009
Tenemos muchas esperanzas puestas en Ferrari para esta temporada 2010, cuya cuenta atrás se hace interminable. Este año la parrilla va a cambiar mucho, y doy por hecho que Alonso estará a la cabeza. Estos dos últimos años le han hecho crecer como piloto y él sabe aprovechar las experiencias. Alonso y Ferrari cambiarán las cosas.
ResponderEliminar