Fernando Alonso lleva grapado el espíritu de Madonna en el equipaje. El buen rollo de la pretemporada en la estación invernal, trasladado al campo de batalla, al Mundial 2010. Aquellos días dijo rotundo en conversaciones privadas, lejos de micrófonos, que «en Ferrari no me va a pasar lo de McLaren, seguro». Y en ello sigue.
El asturiano ha cautivado en Ferrari por dos cualidades que ya se escuchan con cierta frecuencia en su sede. Implicación y determinación. Implicación porque nunca escatima horas al día para trabajar en Maranello o en los circuitos. Y determinación, por testarudo y contumaz. Cuando lo ve claro, no duda. Y esa firmeza personal para mantener una idea desde el primer momento ha evitado giros innecesarios. Gusta en Ferrari esa postura de persistencia.
Tanto que, estilo latino a todo o nada, un día arriba y al siguiente en la cloaca, una pregunta oscilante saludó a Alonso cuando se dispuso a responder en el turno italiano. «En Italia ya se te ve como un fenómeno que ha cohesionado Ferrari. «No -cortó Fernando-. Lo que pasa es que Ferrari siempre tiene una repercusión extraordinaria, pero no ha cambiado nada en mi comportamiento. Hago las cosas siempre de la misma manera».
Imbuido del individualismo recalcitrante de la Fórmula 1, según el cual el primer precepto es derrotar a tu compañero de equipo, Alonso ha adoptado una actitud de calma respecto a Felipe Massa. «No intenté adelantarle en Australia porque no es lo mismo pasar a un compañero de equipo que a otro. Veremos cómo actúo si se dan otras situaciones de carrera. En Renault tampoco había estatus de primer y segundo piloto».
Y vuelta al mensaje. «El equipo está siempre por encima de los pilotos». Subió Massa al estrado y los cuchillos sobre su cabeza respecto a esa rivalidad con Alonso, en la que puede alistarse en inferioridad de pilotaje. «¿Hubo juego de equipo en Australia, eh?», quieren saber los italianos. «¿Qué juego de equipo? -replica Massa, presuntamente ofendido al entender que Alonso le perdonó la vida-. Cada uno intentó hacer su carrera y mantener su posición. No hubo juego de equipo». El brasileño se percata de la respuesta tan árida y suaviza luego el tono. «Estoy contento de cómo van las cosas con Fernando. No hay ningún problema y vamos en la misma dirección. De momento, es una situación óptima».
Foto: diariodeburgos.es
Texto: diariovasco.es
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